El marketing trata de lograr cambios reales, no solo de traducir mensajes. El contenido genérico, hecho a la carrera, no conecta. Tu mensaje debe resonar con personas reales y hablar de lo que sí importa.
Antes de vender, entiende qué les importa. ¿Qué necesitan? ¿Qué los frustra? Habla claro. Sin rodeos.
No suenes como todos los demás. Di las cosas con simpleza—de una forma que haga que la gente se detenga y escuche.
Email. Redes. Video. Llamadas. Usa varios canales y adapta tu mensaje. Ve a donde tu audiencia ya está buscando.
Experimenta con mensajes, títulos, ideas. Quédate con lo que funciona. Suelta lo que no.
Así de simple.
Cuando algo funcione, poténcialo. Construye impulso. No solo volumen.
Hagámoslo. De verdad.