El video mantiene a las personas enganchadas y genera confianza—pero solo si cuenta una historia poderosa que impulse a actuar.
No solo muestres lo que haces—muéstrales por qué importa. Cuenta una historia en la que tu audiencia se vea reflejada: ¿Qué necesitan? ¿Qué obstáculos enfrentan? ¿Cómo puedes ayudarlos?
Si tu video se ve barato, no te tomarán en serio. Buena iluminación, sonido claro, edición limpia—todo comunica. Todo suma.
No los hagas adivinar. Si quieres que llamen, se registren o compren, díselo claro y directo.
Lo que funciona en YouTube puede no funcionar en Instagram. Acorta, recorta, ajusta. Haz que cada video encaje perfectamente con la plataforma donde lo vas a publicar.
Haz seguimiento a lo que funciona. Si las personas no miran o no hacen clic—ajusta. Aprende rápido, mejora más rápido.
Construyámoslo juntos.